El Gobierno logró sostener el veto al financiamiento universitario
El oficialismo, en alianza con Pro, logró 85 votos para blindar la decisión presidencial, mientras que la oposición tuvo 159 y no alcanzó los dos tercios; hubo cinco abstenciones y ocho ausencias

Javier Milei vetó la ley de financiamiento universitario sancionada por el Congreso y logró sostenerlo con un tercio de los presentes en el recinto de Diputados. Sumó 85 diputados con el apoyo de Mauricio Macri, el aporte de gobernadores aliados y un puñado de radicales conversos. Los peronistas Osvaldo Jaldo, de Tucumán -que ordenó a tres de sus cuatro legisladores a alinearse con el oficialismo-, y el catamarqueño Raúl Jalil, entre otros mandatarios provinciales, garantizaron el éxito de La Libertad Avanza.
El gobernador santacruceño Claudio Vidal también hizo su aporte. Con el debate avanzado, y cuando ya parecía irreversible el sostenimiento del veto, uno de sus dos legisladores, Luis Garrido, deslizó que acopañaría la voluntad presidencial. El otro, Sergio Acevedo, se opuso. Esta diversificación de avales se repitió en Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, e Ignacio Torres, de Chubut. Mientras que el entrerriano aportó un voto para el Gobierno y otro para la oposición; el patagónico retiró a uno de los suyos de la discusión y mandó a una legisladora a acompañar al Poder Ejecutivo.
El compendio que buscó insistir con la ley de financiamiento universitario obtuvo 159 votos, mientras que hubo ocho ausencias y cinco abstenciones
Muchas de las ausencias fueron de legisladores que habían manifestado su apoyo al presupuesto universitario, por lo que colaboraron con la voluntad de los libertarios. Fue el caso de la cordobesa Alejandra Torres, aliada de Martín Llaryora, quien anunció su faltazo por cuestiones de salud. Lo mismo sucedió con Jorge “Loma” Ávila, de Chubut, que utilizó la misma justificación.
Con 144 diputados presentes, la sesión comenzó a las 11.18. Se trató exclusivamente la insistencia, o no, a la ley de financiamiento universitario tras el veto de Milei. Después de un debate que duró alrededor de cuatro horas, el Gobierno logró su objetivo.
José Luis Espert, de LLA, habló de las universidades como “un kiosco” y remarcó: “El informe de auditoría más reciente es del año 2006 y es sobre el año 2004. Hace 20 años que la Universidad de Buenos Aires (UBA) le debe una rendición de cuentas, en particular a aquellos que no pueden estudiar porque son pobres”. No obstante, aclaró: “Estamos muy lejos de querer terminar con la universidad pública”.
Lo mismo destacó Mercedes Llano, del oficialismo. “No está en dicsusión la educación publica, está en discusión los mecanismos de actualización salarial de los docentes”, señaló. “La universidad publica no es propiedad de ninguna expresión partidaria. Es innegable la necesidad de recomponer los salarios docentes, pero no hay crédito disponible para solventar un gasto que está significativamente por encima de los empleados de la administración pública”, concluyó.
Lourdes Arrieta, que integró hasta el mes pasado el bloque de La Libertad Avanza (LLA), votó en contra del veto de Milei y, por un momento, pareció complejizar los planes del Gobierno para blindar la decisión presidencial. “Lo público no es tan público. Quería reflexionar acerca de este debate sin sentido para pensar dónde realmente va el dinero: si va al estudiante, que estudia en el piso o con baños hacinados; o va para ellos o muchos rectores que son amigos del poder de turno. Quiero reafirmar mi compromiso hacia todos los estudiantes que nunca van a poder acceder a la universidad pública. Están financiando a los ñoquis, trolls, a la SIDE, por eso la universidad pública no tiene que ser un debate, aunque sí las auditorías para ver si va a los estudiantes o a los rectores”, planteó la mendocina.
Fuente: La Nación